Para nada disfruto escribiendo sobre esto, odio escribir sobre esto, me gusta este tema casi tanto como la corrupción de la FCFA, pero el lamentable espectáculo que nos hizo presenciar Luis Suarez en la Supercopa me obliga a lanzar una reflexión.
Una vez me dijeron que el rugby es un deporte de macarras jugado por caballeros y el futbol un juego de caballeros jugado por macarras; desde mi más tierna infancia, me he negado a creer esto, el fútbol es un deporte que debería transmitir respeto hacia el rival, respeto hacia el propio juego y respeto hacia el compañero, en definitiva una cosa llamada fairplay, que desemboca en respeto y compañerismo, pues no lo es, la frase antes mencionada es totalmente cierta y siento una cierta envidia hacia el rugby. Hay jugadores que se empeñan en lo demostrar que el fútbol es para los sinvergüenzas, jugadores que faltan al respeto al fútbol y a sí mismos, jugadores que siendo muy buenos no merecen dedicarse a esto, mal ejemplo para los niños y mala imagen de nuestro deporte.
Luis Suarez encarna perfectamente lo que vengo a decir. Es un jugador fantástico, un jugador que es de dibujos animados, un jugador que mueve masas e idolatrías de críos, pero también es un jugador que muerde, se tira y protesta. La actitud de este jugador en la Supercopa de Europa fue lamentable. Ya le sancionaron por morder por tercera vez a un rival, por insultar de forma racista a Evra y ahora le da por tirarse cada vez que toca la pelota. Los jugadores así sobran en este deporte. En este deporte debería imperar la nobleza y el respeto, si no, no nos quejemos de los árbitros, porque señores, llamamos pícaros a los que hay que llamar tramposos. Gente que lo único que busca es engañar al árbitro. Si ya es difícil ser buen árbitro cuanto mas con toda esta tropa intentando engañarte.
Justificamos que jugadores como Messi, Neymar, Ronaldo o Robben, que les pitan las faltas a favor más que a ningún otro, agredan a compañeros del equipo contrario, porque siendo rivales, son compañeros de profesión, se tiren, protesten de forma airada o tengan conductas absolutamente antideportivas con rivales o compañeros. Messi le reventó las costillas a Krychowiak y nadie dijo nada, esto es inadmisible. No tienen derecho a quejarse de nada jugadores hiperprotegidos, jugadores como los mencionados jamás han estado en el dique seco por una mala patada y son los primeros en hacer aspavientos, agredir o escupir al rival que les derribó con una simple zancadilla. Que un tío al que han partido dos veces la rodilla se revuelva tiene algún sentido, que jugadores que no han recibido una mala patada, más allá de las típicas de este deporte, lo hagan da pena, y a mi personalmente, me asquea. Cuando Ñiguez casi revienta a Bale, imperó la cordialidad y la deportividad, y eso es lo que tenemos que procurar. Que el líder de un equipo como es CR7 se líe a hacer aspavientos como si no hubiese un mañana porque un compañero ha fallado en vez de darle el balón o no celebre un gol porque el ha fallado previamente no respalda en nada los principios y valores de este deporte, y lo que es peor, eso luego los niños lo imitan y da mucha rabia porque en todos los demás ámbitos suelen ser tíos admirables.
Jugadores como Charlie Adam que lo único que buscan es amedrentar con patadas, que su única finalidad es hacer daño, deberían ser expulsados de sus federaciones. Macarras de barrio a lo Cesc o Diego Costa no son ningún ejemplo para nadie. Entradas como las de Dani Alves cuando pierde los nervios tienen la misma cabida en este deporte que los piscinazos y dolores fingidos de Pepe o los pisotones en la cabeza de Busquets, ninguno, deberían ser reprendidos de forma inmediata incluso con rearbitrajes.
Es absolutamente lamentable que censuremos una lambreta de Neymar, que es lo que llena un estadio, cuando gana el barcelona 3-1 diciendo que es una falta de respeto al rival, o un baile al celebrar un gol y pasemos por alto que un tío como Messi le de 5 codazos en las costillas a Krychowiak, que agarre del cuello a un jugador de la Roma en un amistoso, que Alba le pegue tres patadas a Juanmi en la espalda cuando está en el suelo o que Ramos escupa o pise a cualquier rival. Es sencillamente lamentable, y en ocasiones, hasta para llamarnos imbéciles.
Señores, ya está bien de transigir con conductas antideportivas, ya está bien de justificar agresiones y escupitajos, ya está bien de pasar por alto vejaciones y entradas a hacer daño y censuremos los regates, las celebraciones y lo que nos hace levantar del asiento, defendamos nuestro deporte. Al fin y al cabo, lo que hacen estos tíos por la tele son lo que imitarán los niños, por tanto, dejemos de llamar pícaros a los tramposos y procuremos sacarlos de lo que más queremos. Defendamos los valores de nuestro deporte. Si tratásemos nuestro deporte como los de rugby lo hacen mucho mejor nos iría.
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