¡¡¡Madre de mi vida!!! lo que ocurrió anoche en Tbilisi es FUTBOL, con mayúsculas, que partidazo. El partido que pudimos ver anoche pasará a la historia como uno de los mejores partidos y tambien como un ejemplo de lo que no hay que hacer desde el banquillo.
Cuando Ter Stegen hizo la estatua en el lanzamiento de Banega y el Sevilla se adelantaba en el marcador, pocos nos esperábamos la locura que ocurrió en los 87 minutos después. Dos lanzamientos de Messi, que no hizo nada mas, por encima de la barrera en dos faltas en las que Beto podía hacer mucho más daban ventaja al conjunto catalán. Si el partido de Beto ya estaba siendo horrible, a eso se sumó la defensa, dos errores tremendos de la zaga hispalense propiciaron el 4-1.
Con el 4-1, Emery, al que admiramos mucho, pero ayer se equivocó, empezó a sacar a los buenos. Konoplyanka e Inmobile empezaron a sumar. Primero Reyes, luego Gameiro de penalty y por fin Konoplyanka a pase de Inmobile empataron el partido. Unai, los buenos tienen que jugar siempre, da igual la adaptación, los microciclos y todas estas chorradas que inventamos para excusar el mal rendimiento de algunos megacracks. El fútbol es de los jugadores, de los buenos jugadores, da igual que estén mal, un detalle te decide el partido. Si algo me gusta de Carlo Ancelotti, que nos son muchas cosas desde luego, es lo claro que tenía este punto: los buenos tienen que jugar siempre. Quizá esten en mala forma, fallones o lleven poco tiempo en el equipo, pero al final son los que te resuelven y, siendo futbol ficción, ¿Que habría pasado si saca a los buenos desde el principio?
En el otro banquillo lo que ocurrió también fue de traca, el libro se podría llamar: "Cómo 'descojonar' el equipo en dos sencillos pasos" y la verdad que a Luis Enrique le resultó sorprendentemente sencillo: Primero quitas al canalizador de tu juego (Iniesta) y sacas a un chaval de la cantera que lleva toda la pretemporada de lateral derecho, y a continuación, con el cagometro disparado, quitas a Rafinha y sacas Bartra, para luego quitar a Mascherano para sacar un extremo... te sale bien porque ese extremo se llama Pedro, pero los cambios son de traca. El gol del canario en la prórroga dió el título al Barcelona por 5-4.
Mención a parte merece Luis Suarez, sin detenerme mucho no se entiende que un futbolista tan bueno, porque es muy bueno, le falte tanto al respeto a un deporte se supone ama, piscinazos, protestas y aspavientos empiezan a ser signo diferencial de un jugador que estuvo 4 meses sancionado por faltar al espíritu de este juego, ya lo hablaremos mas en profundidad.
Total, que el partido fue increíble, nos lo pasamos como enanos, pero el partido estuvo marcado por los errores desde el banquillo, los entrenadores no estuvieron a la altura de la calidad de sus plantillas. Dos equipazos y dos entrenadores, perdón por la expresión, 'cagones'.
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